Pensando
Aquí estoy, sentada, mirando el monitor de la pc... pensando, pero sin nada en mi cabeza.
Será posible algún día que las aves lleguen a volar tan alto como quieren, o será acaso eso de llegar a las nubes, sólo una ficción... Es necesario intentar volar; trasladarse de un lado a otro, tener esperanza, cerrar los ojos.... o simplemente mover las alas sin más?
Volar? Es trasladarse en el espacio hacia la nada, es navegar un oleaje de aromas y de viento, o más bien, batir las alas hasta el cansancio, sin saber por que y para qué, hacia dónde o para cuándo o para qué.
Con las luces encendidas, sintiendo unos ojos que me observan, y que a la larga, tal vez me mira quien no debería.
Le digo al corazón que no piense, al pensamiento que no escuche, a los ojos que no sientan, a los oídos que no miren... y directo al desconcierto, llegan unas manos, unas palabras.... una brisa ligera, que tal vez, y sólo tal vez, se equivoca al decir que la brisa es placentera, que los culpables, como ahora suelen esconderse en las rendijas de papel que crea la voluntad.
Déjale el miedo a los culpables. Deja que la luna consuma el palpitar erróneo de los navegantes; y que los que miran las olas del mar a través de la noche, puedan al menos contarme lo que han visto. Tal vez altibajos de furia y calor, tal vez un sublime columpiarse en el vaivén de unas aguas infinitas que jamás quisieron entrelazarse...
Será posible algún día que las aves lleguen a volar tan alto como quieren, o será acaso eso de llegar a las nubes, sólo una ficción... Es necesario intentar volar; trasladarse de un lado a otro, tener esperanza, cerrar los ojos.... o simplemente mover las alas sin más?
Volar? Es trasladarse en el espacio hacia la nada, es navegar un oleaje de aromas y de viento, o más bien, batir las alas hasta el cansancio, sin saber por que y para qué, hacia dónde o para cuándo o para qué.
Con las luces encendidas, sintiendo unos ojos que me observan, y que a la larga, tal vez me mira quien no debería.
Le digo al corazón que no piense, al pensamiento que no escuche, a los ojos que no sientan, a los oídos que no miren... y directo al desconcierto, llegan unas manos, unas palabras.... una brisa ligera, que tal vez, y sólo tal vez, se equivoca al decir que la brisa es placentera, que los culpables, como ahora suelen esconderse en las rendijas de papel que crea la voluntad.
Déjale el miedo a los culpables. Deja que la luna consuma el palpitar erróneo de los navegantes; y que los que miran las olas del mar a través de la noche, puedan al menos contarme lo que han visto. Tal vez altibajos de furia y calor, tal vez un sublime columpiarse en el vaivén de unas aguas infinitas que jamás quisieron entrelazarse...
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